martes, 10 de agosto de 2010

Una noche de paz

Hubo una noche de paz, hace años. No hacía frío, ni calor. Aunque estaba en medio de la ciudad, dejé de oir el murmullo de los coches, inevitable en cualquier otra ocasión. Sólo se escuchaba el hermoso canto de un pájaro en la madrugada. Sin saber cómo, ni por qué, sentía que aquel pájaro estaba saludándome. Me sentía en paz, una paz increíble, como si estuviera alejada de este mundo, y el único lazo que me ataba al aquí y ahora era el canto del pájaro. Poco a poco, el cielo se fue iluminando, y comenzó a amanecer. Fui más feliz desde entonces.

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