miércoles, 11 de agosto de 2010

Si hay algo que no me gusta es la falsa modernidad. En este mundo, para ser moderno, tienes que ser por definición egoísta y grosero. Egoísta, porque para estar a la última tienes que estar todo el rato pensando en ti mismo y en redefinirte constantemente, no tienes fondo, sólo una hermosa fachada que hay que conservar y renovar. Grosero, porque actualmente sólo estás a la moda si criticas a los demás, si insultas, si denigras, si calumnias. De no hacerlo así, eres un antiguo, estás fuera de onda, y yo que sé cuantas cosas más.

Ser buena persona no está de moda.

Pues por eso mismo, he decidido que prefiero estar fuera de onda, no quiero ser "in", me encanta ser "out". Estar fuera de corrientes, fuera de etiquetas, fuera de falsos convencionalismos.

Quiero ser yo, quiero disfrutar viendo a la gente feliz, y si tengo que mojarme para ello, no me importa. Quiero ver a una viejecita en el parque dando de comer a los pajaritos, antes que ver una película con los actores de moda. Quiero llevar mis arrugas a mi manera, mejor que hacerme liftings o inflarme los morros como si me hubieran repartido unas cuantas bofetadas. Quiero vestirme a mi manera, y si no me apetece ponerme escote o pantalones cortos o con el culo ceñido, es porque quiero que no me juzgue nadie por mi envoltorio exterior, quiero que alguien que merezca la pena se moleste en conocerme. Porque no me interesa la gente que juzga y condena por lo que llevas puesto, por tu apariencia, por tu falta de maquillaje o por no llevar peinado de peluquería. Me interesa la gente que quiere conocer a la gente. Me gustan las personas que tienen fondo, que saben que esta vida es algo más que la frivolidad, la gente que sabe apreciar la bondad.

Así que, si hay alguien que está leyendo hasta aquí, ya sabe lo que no va a encontrar en el blog...

En cuanto a lo que se va a encontrar... ni yo misma lo sé, improviso sobre la marcha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario